Está claro que pasar el domingo en el sofá viendo Netflix es un planazo (uno de mis favoritos), pero ¿Qué pasaría si un día, un Domingo cualquiera, te vas a hacer senderismo hasta llegar a una cueva y te gusta? ¡Pues que te picas!
Como caminanta que soy y amante de los cielos azules y las nubes esponjosas el plan me encantó desde que me lo propusieron. Y aunque yo me lo imaginé como un paseo y resultó ser algo un poquito mas… (a ver si doy con la palabra adecuada…) «aventuroso» tengo que decir que valió la pena, MUCHO.
La ruta que hicimos fue hasta la Cueva del Gigante, en Pinoso. Todo el trayecto está lleno de brillitos en el suelo y fui recogiendo mini trocitos de marmol rojo con forma de prisma (¡Preciosos!) y algún trozo de roca mezclado con algún mineral (aun por averiguar su nombre) para añadir a mi colección de «piedras». Después de aproximadamente hora y media, varias equivocaciones, deshacer el camino andado con vistas alucinantes (equivocarse a veces te hace descubrir sitios preciosos como el Barranco de las Tres Fuentes) llegamos a nuestro destino.
La verdad es que no me lo esperaba, pero una vez dentro de la cueva me pareció bastante espectacular, no se si porque no pensaba que lo fuera a ser o porque soy novata en ver sitios así, pero para mi, poder estar dentro, fue un premio al esfuerzo.
La bajada fue muy rápida, con la recompensa de una rica comida en Pinoso y la satisfacción de volver a casa habiendo pasado un precioso día en la naturaleza.
¿Y ahora que? Ahora… ahora quiero más. Quiero unas zapatillas adecuadas, quiero vivir preciosas aventuras, quiero conocer la naturaleza que me rodea, quiero respirar aire puro (con olor a polen de pino), quiero volver a casa con las rodillas raspadas y las piernas cansadas, …
¿Y tu? Venga, ¡sal ahí fuera! A la vuelta siempre está netflix esperándote mientras te recuperas de la caminata, pero esta experiencia no tiene precio.
XoXo
Ally
Ally Crespo 
Recomiendo que la próxima salida sea al pantano de Elche…
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